Esta es según palabras del entrevistados una de las entrevistas más completas que le han hecho a Javier Gutiérrez hasta la fecha, ya que durante las 2,5 h. que duró le hicimos hasta dibujar. Un 10 para Javier!
Si tuviera que resumir en una palabra aquello que me transmitió la película no me cabría duda alguna: ansiedad. Y también destacaría el montaje, y sobre todo la espectacular y armónica fotografía de la película: la dirección de arte me pareció muy cuidada. Con ella el director y su equipo recrearon esa atmósfera asfixiante y calurosa de unos seres a los que les toca vivir el fin del mundo en el mediodía de un verano tórrido de Andalucía.
Si a todos nos preguntasen qué haríamos si un meteorito se nos viene encima y sólo nos quedan 3 días de vida, probablemente nuestras mentes calenturientas pensarían rápidamente en el sexo y en disfrutar a tope de la vida en esas pocas horas de vida que nos restan. Pero si por un momento se nos ocurre imaginar a qué se dedicarían en sus últimas horas esos seres marginales que acostumbran a estar al margen de la ley, y que nunca tienen nada que perder, se nos pondrían los bellos de punta. Imagínense un mundo en sus últimos días, en el que ya nadie tiene que temer ninguna ley. ¿Qué haríais vosotros? No sé si los autores de la película se lo plantearon el día que realizaron la película, pero esta es la cuestión que me surgió después de visionar la película: ¿cómo sería un mundo en el que ya no hay ninguna ley que temer?
Por si fuera poco, unos días más tarde surgió la oportunidad de conocer a F. Javier Gutiérrez. Era la primera vez en mi vida que iba a conocer al director de una película en persona, así que no podía dejar pasar la ocasión de preguntarle un montón de cuestiones técnicas sobre la realización de una película y de cómo alguien acaba convirtiéndose en realizador de cine. Así que no dejé pasar la ocasión y me preparé un montón de preguntas. A continuación, a modo de entrevista, os hago un extracto de lo que Javier me contó.
Os diré que Javier Gutiérrez es un tipo de aspecto joven, delgado, calvito, y con ojos y sonrisa de niño travieso. Es una persona totalmente accesible y a todas luces alejado de ese divismo que en ocasiones envuelve a la gente del cine. Conversar con él fue fácil y toda una lección didáctica sobre realización cinematográfica.
3 DIAS Y MÁS: ¿Qué te llevó a estudiar Derecho y posteriormente a convertirte en realizador de cine?
F. JAVIER GUTIÉRREZ: Cuando vine a estudiar a Madrid no había ninguna facultad o escuela de cine de prestigio o cuyos estudios de cine me convencieran. En mi entorno familiar se profesa la abogacía; es sólo por eso por lo que decidí estudiar Derecho. Pero ya desde bien chico, desde que recuerdo, desde parvulitos, quería ser director de cine. Los otros niños querían ser bomberos, médicos... y yo decía que quería hacer películas. A mi padre le gustaba mucho el cine, y me llevaba a la doble sesión con frecuencia. Eso sí, a veces me escamoteaba la película que yo quería ver y me llevaba a otra bien distinta. Por ejemplo, yo quería ver a Bruce Lee y me llevaba a ver Phantomas, y allí quedaba yo esperando en vano a ver las artes marciales que había visto en los trailers.
3: ¿Cuáles son tus referentes culturales o cinematográficos?
FJG: Sobre todo el cine de genero fantástico de los 80, como E.T, Los Goonies, o Encuentros en la tercera fase. E incluso Howard el pato, que aunque fue un fracaso estrepitoso de taquilla me gustó por su intención de hacer cosas distintas.
3: Pero tu cine no sólo se nutre del cine fantástico, ¿no? También está lleno de psicothriller y suspense...
FJG: sí, cómo no, también me gusta el cine de genero suspense y por supuesto el de las películas de Hitchcock.
3: ¿Cómo empezaste a realizar cortos?
FJG: En el colegio mayor, cuando aún estudiaba. Allí pude disponer de una cámara de vídeo y un aparato para montar. Porque es curioso, yo nunca he tenido una cámara de vídeo. Siempre liaba a alguien para que me prestase cualquier cosa o me ayudase, como el músico con quien trabajo hoy, que ya por entonces me hacía la música. Recuerdo que por entonces hicimos un vídeo en una tienda de fotocopias y se quedaban allí después de cerrar para que pudiésemos grabar.
3: ¿Y cómo te buscabas la vida para conseguir las localizaciones?
FJG: Hablando con todo el mundo. Yo trabajé en una discoteca de relaciones públicas, y esto era casi lo mismo. He hablado con curas para que me dejen una iglesia, con militares para poder grabar en un cuartel... En mi corto “WC columna de aseo” solicité al Ayuntamiento que me dejasen grabar en uno de esos váteres públicos que a mí me parecen tan futuristas. Cuando llegó el permiso después de un montón de tiempo los cambiaron por otros, afortunadamente aún más futuristas. Hasta una vez estuve en una convención de okupas, esperando mi turno para pedirles que me dejaran grabar.
3: Ya centrándonos en la película “3 días”. ¿De dónde surge la historia? ¿Cuánto tardaste en escribir el guión?
FJG: La verdad es que cuando me eligieron para realizar la película les ofrecí uno de mis guiones, pero me dijeron que era “demasiado negro” (sonrisa pillina). Así que me dieron a elegir entre 3 guiones. Al final me quedé con el de Juan Velarde, que para mí era como una especie de cuento y en el que más posibilidades veía para lo que quería hacer. Poco a poco fui introduciendo algunos cambios para hacer el cuento “un poco más oscuro” (la misma sonrisa traviesa), hasta que conseguí tener el guión definitivo antes del rodaje.
3: ¿No cambiaste nada del guión durante el rodaje?
FJG: Sí, siempre hay algún pequeño cambio.
3: A todas luces se nota que la película es una gran superproducción. ¿En qué has tenido que adaptar tu forma de trabajo respecto al mundo de los cortos?
FJG: En realidad, la película no es una superproducción y no tiene una inversión espectacular. Pero ya desde los cortos acostumbro a maximizar los resultados, de modo que el aspecto final sobrepase a los medios que se emplean en la realización. La gente que ha trabajado en la película ha puesto mucho corazón...
3: ¿Quieres decir trabajo?
FJG: (risas). Efectivamente... Todos hemos trabajado mucho. De hecho trabajo tanto que mi vida personal a veces se tambalea porque me olvido de todo (expresión agridulce). La verdad es que he trabajado en esta película como si de un corto se tratara, con más medios y gente a mi disposición, eso sí.
3: Pero un corto no tiene tanto metraje... Cuando veo una película como esta, me pregunto de cuánto es responsable el director. Por ejemplo, ¿te dibujabas tú todo los story board?
FJG: Sí, yo dibujo muy rápido. La verdad es que apenas dormía, dibujando y preparándome los rodajes.
3: Por cierto, ¿me podrías hacer en este papel unas viñetas de cómo dibujas los storys?
FJG: ¿Pero qué te dibujo? (empieza a dibujar) También dibujaba en el coche de camino al rodaje. Los rodajes duraban unas 11 horas, y cuando llegaba al hotel, mientras todos descansaban, yo seguía trabajando. Dormía sólo 4 horas, y los rodajes continuaban hasta el sábado por la mañana. El domingo me pasaba todo el día durmiendo y recuperando.
3: La fotografía de la película me parece muy cuidada, y recrea una atmósfera asfixiante y repleta de tonos gastados y quemados. ¿Hasta dónde ajustas en el rodaje, y cuánto hay de postproducción?
FJG: Prácticamente, ajusto al máximo durante el rodaje, y después del rodaje hay poco que tocar.
3: Pero ¿te atreves a quemar tanto los planos durante el rodaje, no te da miedo de que luego no sirvan?
FJG: Conozco al director de fotografía, Miguel Ángel Mora, ya desde los tiempos del colegio mayor, y nos entendemos a la perfección. Otros se curarían en salud, no apurarían tanto, pero cuando yo le digo a Miguel Ángel que queme a saco lo hace.
3: Y esa armonía de color, esos tonos tan gastados, ¿cómo los consigues?
FJG: Le di a la gente de decorados y demás una paleta de colores a base de unos cuadros que me gustaban, y a partir de ahí construían. Yo no dejaba pasar casi ni un verde para que todo pareciera seco. Cuando seleccionas tanto los elementos de tu composición, vas, tiras la foto, y es prácticamente imposible que no consigas esa armonía que vas buscando.
3: Me da la sensación de que cuidas mucho la dirección de arte...
FJG: Efectivamente; siempre es así, desde los cortos. En cada historia que cuento me obsesiono por un acabado. En mi corto Brasil, por ejemplo, estaba obsesionado por los metales pulidos y todo tenía que reflejar y brillar mucho. A veces me voy al rastro en busca de un objeto que me obsesiona para un plano, por ejemplo un reloj.
3: ¿Cuánto duró el rodaje de “3 días”?
FJG: Entre 6 y 7 semanas.
3: ¿Sólo? Me parece imposible con tanto metraje, ¿cómo hacías para grabar todo lo que tenías previsto?
FJG: Sí, fue muy poco tiempo. Iba dejando algunos planos que no me daba tiempo a grabar, como planos cortos y de detalle que podía grabar en cualquier sitio. Cuando un día iba mejor de tiempo aprovechaba para grabarlos.
3: Respecto a los actores, ¿cómo trabajas con ellos? ¿Cuánto ensayabas con ellos?
FJG: La verdad es que ensayé con ellos menos de lo que hubiera querido, y aprovechaba también a hacerlo durante el rodaje. A veces era complicado porque querían en cada momento saber la situación de su personaje, y había que batallar con ellos bastante para que su personaje les quedase claro. Por ejemplo había que explicarles que un plano de unas manos lavándose era tan importante como un primer plano de la cara. Pero al final cualquier batalla mereció la pena y acabamos entendiéndonos.
3: El rodaje con los niños ¿cómo fue?
FJG: Por un lado bien, porque con sus juegos rompían toda la tensión del rodaje. El día que venían todo era más alegre. Pero por otro lado también se hacía duro, porque a veces no se centraban en su papel y costaba trabajo hacer las tomas. Esto añadía más complicación al rodaje, pues los tiempos estaban muy ajustados.
3: Y para finalizar, permíteme un comentario sobre el final. La película parece muy americana, pero ¿por qué ese final que te deja como una espinita clavada? Los americanos no te permitirían tener ese final...
FJG: Ya, pero como le dije a los productores, en la película se va a acabar el mundo, y si no es en un momento como ese (sonrisa): ¿entonces en qué momento nos vamos a poder permitir tener un final así?
FIN
Conclusión de 3 dias y más:
También es verdad, digo yo. El poder de persuasión de F. Javier Gutiérrez me convence a mí también. Como yo no voy a desvelar la trama de la película, el que quiera conocer el final, mejor que vaya a verla al cine.
Después de ver la película y tras la conversación con F. Javier Gutiérrez, que duró unas dos horas y media, saqué la conclusión de que este joven realizador es un tipo perfeccionista, con buen gusto estético, de enorme capacidad visual, y que dará mucho que hablar en los próximos años. Y hasta me atrevería a apostar que incluso le veremos tener éxito más allá de nuestras fronteras.
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Hace 7 años
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